domingo, 13 de enero de 2008

Había gente caminando

- ¿Y a vos que te pasó? - preguntó ella.
Le conté mi historia. Aunque, en realidad, le describí algunas partes de un rompecabezas que, algún día, juntas, podrían llegar a tener sentido. Yo estaba muy emocionado. A ratos, ella sacaba un pañuelo y se limpiaba la nariz con suavidad. Después encendía un cigarrillo.
Por fin quedé en silencio. Mirábamos hacia el parque, a través del parabrisas. Ella tosió un poquito.
- Hay cosas que no entiendo - dijo.
- Si - dije yo - hay muchas cosas que todavía no entiendo.
- No, me refiero en general - dijo ella - ¿Por qué uno hace las cosas que hace?
Yo también encendí un cigarrillo. Bajé la ventanilla de mi lado, el del acompañante.
- Yo, por ejemplo - continuó ella - estuve casada treinta años con un desconocido. ¿Te imaginás? Levantarse a la mañana, desayunar, ir cada uno a su trabajo. Criar los hijos. Armar una casa, día por día, detalle por detalle. A la noche nos juntábamos, a cenar y a mirar un poco la tele. Después nos íbamos a la cama, y a veces hacíamos el amor. Y luego otra vez a levantarse, etc. Así, durante treinta años. Y todo con un perfecto desconocido.
Pronunció la erre de una manera cantarina y la ce de un modo seco y cortante. Perfecto.
Miré hacia el parque. Había gente caminando. Daban vueltas.
Ella encendió la radio. Sonaba un viejo tango.
- Ahora estoy aprendiendo a bailar - dijo - Me gusta mucho.

4 comentarios:

antiprímula dijo...

¿Era frente al parque Centenario, en un volkswagen?
¡La misma situación que viví esta tarde! Bueno, no, muy parecida. Parece nueva o única pero se repite una y otra vez.
¿Se da cuenta?... siempre la misma cantinela. Por eso la gente daba vueltas. Je.

Buenas noches.

un viejo tanguero dijo...

Era frente a Plaza Irlanda, en un Ford Sierra.
Si, creo que es una situación que se repite entre la gente de nuestra edad (perdón, de mi edad).
Hicimos una larga vida de acuerdo a moldes tradicionales.
Ahora esos moldes están rotos, los escombros desparramados por el suelo, y nos cuesta mucho reconstruir la mampostería.
Gracias por la visita.
Besos.

antiprímula dijo...

Temo que pasada cierta raya etaria (de los treinta y pico en adelante), cuando ya contás con una par de deconstrucciones/destrucciones sobre el lomo, las situaciones tienden a repetirse. Igual la pulsión es intentar armar.
Un beso.

un viejo tanguero dijo...

Es verdad.
Tal vez uno tendría que olvidarse de aquellas ilusiones que decían : "hasta que la muerte los separe" o "es para toda la vida" y adoptar un punto de vista acorde con los tiempos, que diga, por ejemplo : "que sea bueno mientras dure" o "te doy lo mejor de mi y espero lo mejor de vos, sin pensar en el mañana".
Besos.