viernes, 15 de febrero de 2008

El mantel

La yerba fresca no se hincha tanto, pensó Germán. Recordó el momento de elegir el paquete más barato, en el supermercado. Lógico, pensó, es yerba vieja y seca. Con el segundo chorro de agua el mate desbordaba por todos lados. Con sumo cuidado, volcó en el cenicero un poco de yerba, empujándola con la bombilla. Esta manía de Laura de poner manteles, pensó. Total, que apenas tenía una manchita había que sacarlo, lavarlo y poner otro. Un trabajo infinito e inútil. A partir de ahora vamos a tener que mirar bien los precios, pensó. ¿Cuánto durará la guita? ¿Seis meses? ¿Un año?

- ¿Cómo están las cosas en el laburo? - gritó Laura desde la cocina, como si hubiera escuchado lo que estaba pensando. Rápidamente pensó : Plan A, no decir nada, "todo bien". Plan B, decir que las cosas estaban jodidas, pero que no se sabía qué iba a pasar. Plan C, contar todo, con todos los detalles, desde el principo al fin. Rápidamente, también, descartó el plan C. Ël sabía lo que pasaba cuando le contaba a Laura cosas de la oficina. Era como cuando caminaban juntos por la calle y ella se paraba a mirar una vidriera, olvidándose de todo lo demás. "Laura, vamos, que se hace tarde".

- Vos a Berrozpe siempre le tuviste miedo. - dijo ella, apoyando la taza de café con leche y el plato con tostadas. - ¿Le hablaste, por fin?
Germán miró el mate, que otra vez se estaba desbordando. Vieja y seca, pensó. Lo inclinó sobre el cenicero, agarrando la bombilla con la otra mano. Pero esta vez manchó el mantel.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese Berrozpe es un hijo de puta,Laura,quedate tranqui,la vida es finita,parafraseando a Hamlet cuando tengas su calavera y todas, vendras a decir "Aunque te pongas dos dedos de afeite...."Preocupate por saber que todos somos calaveras en manos de otro y que despertamos en quien las tenga.

Anónimo dijo...

Me causó mucha gracia la imagen de Laura con la calavera de Berrozpe en la mano.

antiprímula dijo...

Disculpe VT que me ponga un poco feminista con el relato, ¿por qué Germán no le cuenta a Laura cómo van las cosas? ¿Es ella tonta y piensa solamente en el mantel, vive en otro mundo, nunca va al supermercado y no le alcanza la plata, no mira las vidrieras para pensar un segundo en otra cosa como si fuera un partido de fútbol, Germán está jóven y húmedo? ¿Qué onda, Vt?
El mayor de mis respetos, pero mi género es mi género.

Cicloescenico dijo...

Siempre un placer leer por aqui...
Gracias por el link, ya mismo lo estoy agregando a mis favoritos.

Salud.

Anónimo dijo...

Bien, Primulina, bien. Hay que defender al gremio.
Pero ésta es una escena entre una mujer dominante y un hombre tímido.
No todos son así.
Besos.

Anónimo dijo...

Gracias Ciclo.
Para mí también es un placer leerte, aunque no siempre te comente.
Un abrazo.

Livio dijo...

Se que no tiene nada que ver pero lei en la revista ñ una nota sobre el gardel judío y me acordé de Ud.

Anónimo dijo...

Livio, muchas gracias, pero me parece que te zarpaste.
Yo no valgo ni la millonésima parte del entrañable personaje que vos mencionás.
Un abrazo.