sábado, 22 de marzo de 2008

Tu destino fue así

Naciste en el barrio de las tres esquinas,
y Dios estaba lejos, muy lejos.
Creciste entre ropa vieja y confusiones,
aprendiste a soñar y a tomar mate.
Y te tocó trabajar, si, como un burro,
como cualquiera.
Hiciste lo que hacen todos :
el amor, la casa, los hijos.
Gritaste en la calle, como cualquiera,
con un poco de miedo.
Un día el tiempo se detuvo :
estabas solo frente a la ventana.
Buscaste a aquel Dios lejano, tan lejano.
No había de qué agarrarse y empezaste a caer,
suavemente, como durmiéndote.
Debajo de la vigilia están los sueños,
pedazos de vida que flotan en un aire raro.
Más abajo no hay sueños,
pero estás dormido y podés despertar.
Más abajo todavía, no hay nada,
sólo el silencio.

6 comentarios:

Cicloescenico dijo...

y no hay con que darle, asi es la dura vida del laburante anonimo, estructura invisible de la sociedad.

Un abrazo.

Apuntes+Editorial dijo...

Cuando algo está bien contado, y está bueno lo que cuenta, no hay con qué darle. Muy lindo
Saludos¡!

IndeLeble dijo...

A veces esa nada de muy abajo, tiene Silencio , y es muy bueno aveces cuando aturden las palabras.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ciclo :
Hace muchos años ví una película, en la que pasaban muchas cosas. Pero lo que más recuerdo es la frase de uno de los personajes : "...no eran anónimos, cada uno tenía un nombre, un apellido y una historia..."
Un abrazo.

Anónimo dijo...

AyN :
Muchas gracias.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ali :
Algunos dicen que lo que captamos como nada es el ser y que lo que captamos como el ser es nada.
Besos.